Conocer la personalidad de su gato y los comportamientos esperados es la clave para identificar problemas o cambios de conducta. Cuando comprenda qué comportamientos se esperan de su gato, podrá identificar mejor los cambios que puedan ser preocupantes.
Cambios de comportamiento agresivo
Algunos felinos tienen un instinto de caza más fuerte y se comportan de forma bastante agresiva con los juguetes, otras mascotas, niños o incluso contigo. Este comportamiento desagradable es natural y típico en un gato con instinto de caza, especialmente si no tiene una salida adicional para atrapar presas. Sin embargo, si un gato que generalmente no ha sido agresivo comienza a comportarse de manera agresiva, esto puede ser motivo de preocupación.
El dolor y el miedo son las razones más habituales por las que un gato presenta cambios de comportamiento que lo llevan a la agresión. El dolor puede deberse a una cirugía reciente, un accidente traumático, como una cola atascada en la puerta, procedimientos quirúrgicos antiguos, como la extracción de garras u otras amputaciones, o una enfermedad bucal. Un gato que no suele tener instinto de presa y que bufa, golpea, muerde y, en general, se muestra agresivo con otras mascotas y personas, probablemente esté intentando decirte algo. Algunas cosas que pueden hacer que un gato tenga miedo son las nuevas mascotas en el hogar familiar, los encuentros desfavorables con personas, los nuevos olores en ti o en los objetos de tu gato, las visitas negativas al veterinario o a la pensión, etc.
Las conductas agresivas se pueden controlar eliminando la causa de la incomodidad, utilizando medicamentos y suplementos conductuales y tranquilizando a su felino. El castigo o la disciplina no son una buena solución para la conducta agresiva en los gatos.
Hostilidad con otras mascotas o personas
Algunos felinos son más quisquillosos que otros. Si tu gato siempre ha sido susceptible en lo que respecta al espacio personal, probablemente se trate de una peculiaridad de su carácter. Sin embargo, si a tu gato generalmente le gusta que lo acaricien y lo abracen, pero inesperadamente ataca y araña, algo no anda bien.
El comportamiento agresivo puede ser la reacción de un felino al dolor. También puede significar que tu gato puede estar sufriendo ansiedad y estrés, que son tratables. Una vez más, se trata de autoprotección.
Cambios en la conducta alimentaria
Muchos dueños de gatos se preocuparían si su gato dejara de comer, pero un aumento significativo en el apetito también puede significar que el gato está enfermo.
Los gatos son animales de rutina. Si la velocidad de consumo de tu gato o la cantidad de comida que ingiere cambia considerablemente, es posible que haya un problema.
Esto es especialmente cierto si su gato aumenta su consumo pero no aumenta de peso. En este caso, es posible que desee consultar a su veterinario sobre el hipertiroidismo. Este es un problema de salud típico en los gatos mayores y hará que no se sientan saciados y les impedirá ganar peso. Los dueños de gatos que tienen hipertiroidismo sin tratar dicen que el apetito de su mascota es voraz.
El consumo elevado de agua también puede indicar que el gato está enfermo. Si bien los gatos necesitan mucha agua fresca, un exceso de agua puede indicar enfermedad renal, diabetes o problemas de tiroides.
Por otro lado, si tu gato empieza a comer menos o deja de comer por completo, es un buen indicador de que está enfermo. Un gato que come menos de lo habitual puede tener enfermedades dentales o estar estresado. Obviamente, algunos felinos son simplemente quisquillosos con la comida y les gustan sabores específicos de comida. Sin embargo, si tu gato no come y vomita, está aletargado y está perdiendo peso, debes llevar a tu veterinario a que lo examine.
Las bolas de pelo suelen salir solas del cuerpo, pero en ocasiones, junto con otras cosas, se quedan atrapadas en el sistema digestivo. Además, los tumores pueden provocar problemas digestivos y otras enfermedades que pueden hacer que el gato deje de comer.
Cambios en el comportamiento durante el juego
Algunos gatos son más vivaces que otros y, al igual que las personas, cada uno tiene su propia personalidad. Sin embargo, cuando un gato que normalmente es vivaz no quiere jugar como antes, puede haber un motivo de preocupación. Un gato que no se siente bien o que está incómodo puede no querer saltar y perseguir juguetes. Una visita al veterinario puede ser necesaria si su gato no vuelve a ser su habitual yo juguetón después de varios días.
Ocultar cambios de comportamiento
Los gatos que no se sienten bien o tienen miedo tienden a esconderse, y algunas personas incluso piensan que un gato que se aleja solo puede notar que se acerca el final de su vida. La fuerza impulsora de este comportamiento suele ser el miedo, y a menudo se produce después de un evento estresante o traumático. Las visitas al veterinario, los extraños en casa, los cambios en la rutina y las nuevas mascotas pueden hacer que su gato se esconda. Si el escondite se debe a las cosas mencionadas anteriormente, su gato volverá a la normalidad después de unos días. Sin embargo, si es el resultado de un problema de salud o malestar, es posible que deba ser examinado por el veterinario. Los suplementos nutricionales y las feromonas pueden ayudar con la tensión y el miedo; sin embargo, es posible que se requieran medicamentos para tratar una dolencia o malestar.
Cambios en la conducta de eliminación
La principal razón por la que se abandona a los gatos, se les practica la eutanasia y se les abandona son los problemas de eliminación. Los cambios de comportamiento en los hábitos de micción y defecación de los gatos suelen estar relacionados con la ansiedad o la falta de opciones de arena sanitaria adecuadas y limpias.
Cuando tu gato de repente quiere hacer sus necesidades y/o orinar fuera de su caja, es porque está intentando decirte algo. Puede que no le guste el tamaño de la caja, el tipo de arena, lo sucio que está el paquete, la posición de la caja o por otras razones. También puede decirte que no se siente bien y que tiene una infección urinaria o malestar por problemas estomacales. Las razones clínicas de los cambios en el comportamiento de eliminación deben descartarse siempre antes de abordar cualquier problema ambiental.
Hay muchas otras cosas que pueden provocar cambios en los hábitos de eliminación. De hecho, los expertos no comprenden del todo todas las razones que se esconden tras ellos. Sin embargo, si observas grandes cantidades anormales de basura en la orina, manchas de sangre en la caja de arena, ausencia o pequeñas cantidades de basura en la orina, es posible que haya un problema subyacente. Los gatos machos pueden llegar a ser incapaces de orinar, lo que provoca un problema letal en poco tiempo. Si tu gato hace fuerza, llora o defeca fuera de la caja, no dudes en llevarlo al veterinario.
Cambios en el comportamiento del sueño
Los gatos que no se sienten bien pueden dormir más de lo habitual. Naturalmente, existe la posibilidad de que tu gato sea descuidado o esté obeso, pero si empieza a dormir más de lo habitual, debes programar una visita al veterinario.
Cambios en el comportamiento de aseo
El cepillado es algo natural para los gatos. Normalmente se cepillan a sí mismos y a otros cuando están relajados o sienten que su pelo está despeinado. Los felinos que dejan de acicalarse o reducen significativamente su capacidad de acicalarse suelen estar enfermos y deben ser examinados por un veterinario.
En algunos casos, los gatos que están aumentando de peso no pueden llegar a zonas específicas del cuerpo, por lo que no pueden cepillarse los dientes. Esto se puede solucionar instando a tu felino a que baje de peso.
Los dolores en las articulaciones y los músculos también son factores que contribuyen al acicalamiento. Los gatos con osteoartritis o lesiones pueden no poder llegar a determinados lugares para acicalarse como antes.
Cambios en el comportamiento de vocalización
Los gatos tienen diferentes comportamientos de vocalización, por lo que no significa que tu gato esté enfermo solo porque vocaliza. Sin embargo, si normalmente tienes un gatito tranquilo que ahora maúlla mucho, podría ser el momento de llevarlo a un veterinario.
Los gatos tienen varias vocalizaciones y razones para hacerlas. El llanto y el maullido son signos de angustia, ansiedad o dolor, y si tu gato hace estos ruidos, normalmente hay un problema. Si tu gato empieza a vocalizar más por la noche, puede ser el resultado de una disfunción cognitiva. Si empieza a pronunciar silbando o rugiendo, lo más probable es que sea el resultado del dolor o el miedo. Evalúa la situación y piensa en qué cambios podrían estar causando las vocalizaciones anormales. Si no se te ocurre ninguna razón para los ruidos repentinos que hace tu gato, considera programar una visita con tu veterinario para ver si hay una razón clínica que esté causando angustia en tu gato.
Lo contrario también es cierto. Fíjate si tu gato que habla mucho se vuelve repentinamente callado. Observa siempre el comportamiento habitual de tu gato y, si hay algún cambio, lo mejor es llamar al veterinario.
La respiración no es la mejor
El ochenta y cinco por ciento de los gatos tienen problemas de encías cuando tienen 3 años de edad, y el mal aliento es una señal. Hable con su veterinario en cada visita sobre la limpieza dental y lo que puede hacer para prevenir las enfermedades bucales en casa. Las enfermedades dentales causan mal aliento, pero pueden dar lugar a problemas más graves, como problemas renales, hepáticos y cardíacos. Si bien la afección dental es una de las causas más comunes del mal aliento en los felinos, puede haber otros factores. Un gato con diabetes mellitus puede tener un aliento con olor dulce y sed y micción frecuentes. Un gato con enfermedad renal puede tener un aliento con olor a amoníaco porque los riñones no pueden filtrar los desechos de manera efectiva.
Las pupilas de tu gato no se ven bien
La dimensión de la pupila cambia visiblemente según la cantidad de luz a la que se expone. Sin embargo, si los cambios ocurren en momentos aleatorios o persisten, pueden indicar una afección clínica subyacente.
Las pupilas dilatadas, las pupilas contraídas (cuando las pupilas parecen una rendija) o una pupila dilatada y la otra contraída pueden ser signos de enfermedad. Esté atento a otros signos de enfermedad felina relacionados con los ojos, como secreción, ojos caídos o el tercer párpado, y signos y síntomas más generalizados como letargo o falta de apetito. Todos ellos pueden ser indicadores de un gato enfermo. Dado que estos cambios pueden ocurrir generalmente a lo largo del día, es necesario consultar a su veterinario si observa un cambio que perdure durante un período prolongado.
Últimas palabras: ¿Algo drásticamente diferente?
Tú conoces a tu gato mucho mejor que nadie. Algunos comportamientos pueden ser indicadores reveladores de una enfermedad, pero en general, sabrás que algo no va bien con tu gato cuando su comportamiento cambie drásticamente.
¿Tu gato ha empezado a arañar todos tus zapatos? ¿Maúlla continuamente? Si los cambios son lo suficientemente evidentes para que los notes, es hora de acudir al veterinario. ¡Más vale prevenir que curar!