Muchos de nosotros hemos tenido la experiencia de acariciar a un gato amable que adora el gesto, y luego arañar o morder al siguiente. Puede resultar fácil echarle la culpa al gato, pero lo más probable es que simplemente no lo estemos haciendo bien.
Para entender cuál podría ser la causa, necesitamos saber más sobre la ascendencia felina. Los antepasados de los gatos domésticos (el gato montés africano) eran vistos sólo como un control de plagas, mientras que nuestros gatos de hoy son valorados como amigos o incluso como "bebés peludos".
Se cree que este cambio social en la relación entre humanos y gatos ocurrió hace unos 4000 años, un poco más tarde que en el caso de los perros. Aunque puede parecer un tiempo más que suficiente para que los gatos se adapten por completo a los diferentes roles sociales, no es el caso de nuestros amigos felinos. Los gatos domésticos tienen diferencias hereditarias relativamente pequeñas con respecto a sus antepasados, lo que sugiere que es posible que sus mentes aún estén programadas para actuar como los gatos salvajes.
Los gatos monteses viven en soledad e invierten mucho tiempo y esfuerzo en comunicarse indirectamente (mediante señales químicas y visuales) para evitar verse entre sí, por lo que es poco probable que los felinos domésticos tengan habilidades sociales complejas.
No es de extrañar que nuestra primera reacción cuando vemos un gato sea acariciarlo. Por otro lado, los humanos siempre hemos sido criaturas sociales: cercanía, contacto y demostraciones descaradas de amor. También nos atraen los rasgos que parecen infantiles (ojos y sienes enormes, nariz pequeña y cara redonda), por lo que la mayoría de nosotros miramos a las mascotas y nos desarmamos. Sin embargo, no debería sorprendernos que la mayoría de los gatos encuentren esta interacción perturbadora.
Acariciar a tu gato es importante
Sabemos que acariciar a una mascota puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad en los humanos, pero eso no significa que seas el único que se beneficia. Acariciar a tu gato de la manera correcta (más información a continuación) es una forma de comunicarse socialmente y ayudar a establecer un vínculo. Acariciar a tu gato también puede ayudarte a detectar cualquier problema debajo de su pelaje que no puedas ver, como pulgas, garrapatas, rasguños, golpes y otras afecciones de la piel. Puede ser difícil saber cuándo un gato está enfermo o herido, por lo que comprender estos primeros signos permite la oportunidad de recibir atención veterinaria inmediata desde el principio.
Cómo acariciar a un gato
Puede parecer fácil, pero lo último que debes hacer es lanzarte a acariciar a un gato sin antes ser consciente de la situación. Si quieres acariciar a un perro o a un gato, empieza despacio y observa su reacción. Concéntrate en ofrecerle al felino tantas opciones y control como sea posible; por ejemplo, la opción de indicar si quiere que lo acaricien y el control sobre dónde acariciarlo y durante cuánto tiempo.
Debido a nuestra naturaleza receptiva y al amor por las cosas bellas, esto no será algo que a muchos de nosotros nos resulte instintivo y probablemente requiera más atención de lo habitual. Sin embargo, puede resultar razonablemente beneficioso, ya que las investigaciones muestran que las interacciones con los gatos tienden a durar mucho más cuando el felino las inicia en lugar del humano.
También es importante ser sensible al comportamiento y la postura del gato durante las comunicaciones. En lo que respecta al contacto, menos es más. Esto no solo es cierto durante el manejo veterinario, sino también en las interacciones casuales con los humanos.
Como guía esencial, a muchos gatos les gusta que les toquen las zonas donde se encuentran las glándulas faciales, como la base de las orejas, debajo del mentón y las mejillas. Por lo general, prefieren estos lugares antes que la barriga, la espalda y la base de la cola.
Si no es tu gato, pregunta primero si está bien acariciarlo. Los felinos suelen desconfiar de los extraños y pueden reaccionar con agresividad. Pregunta si el gato tiene alguna zona sensible a la que no pueda acceder.
Lea el lenguaje corporal del gato
Cada vez que toques a un animal, es fundamental que respetes su espacio y que sepas si quiere o no que lo acaricies. Los felinos, en particular, pueden ser muy sensibles al tacto y te harán saber si les parece bien que los acaricies o los cepilles con el lenguaje corporal. El ronroneo suele ser un buen indicador; sin embargo, apartarse, intentar irse, arañar o bufar indica que es hora de parar. Un gato feliz estará relajado y también puede frotar los lados de su boca sobre tu mano o empujar debajo de tu mano cuando dejes de acariciarlo para instarte a continuar.
Descubra dónde le gusta que lo acaricien a su felino
En general, a los gatos les gusta que los toquen debajo del mentón o alrededor de las orejas. Es mejor evitar las patas, el estómago, la cola y los bigotes (extremadamente delicados). Pero cada gato es diferente y puede experimentar para aprender cómo y dónde abrazar a su gato.
Es posible que descubras que a tu gato le gustan cosas que a otros gatos no les gustan. No supongas que a otros gatos les gustan las mismas cosas que a ti. También es bueno evitar abrazar o levantar a los gatos a menos que estés cerca de ellos y sepas que les gusta.
Señales de que un gato está satisfecho:
- La cola se mantuvo erguida e inició el contacto.
- Ronroneándote y amasándote.
- Mueve la cola suavemente de un lado a otro mientras la mantienes en el aire.
- Un rostro relajado, orejas erguidas y dirigidas hacia adelante.
- Te daré un empujón suave si te detienes brevemente.
Señales de desagrado o estrés:
- Moverse, alejarse o girar la cabeza lejos de ti.
- Ser pasivo o indiferente (sin ronronear ni frotarse).
- Parpadeo exagerado o lamido de la nariz.
- Ráfagas rápidas y cortas de aseo.
- Piel ondulada o temblorosa, generalmente a lo largo de la espalda.
- Moviendo, agitando o golpeando su cola.
- Orejas planas hacia los lados o hacia atrás.
- Un giro brusco y repentino de su cabeza.
- Morderte o golpearte la mano con su pata.
Si descubre y nota estos comportamientos, deje al gato en paz. Es posible que vuelva a usted cuando esté más relajado y dispuesto a que lo acaricien.
Sepa cuándo parar
Si tu gato estaba ronroneando y relajado, pero de repente empieza a cambiar de posición o a hacer cualquier otro movimiento que demuestre que ya no quiere más, respétalo y déjalo continuar. Esto ayudará a que las caricias se conviertan en una buena experiencia para él. Incluso los gatos más pegajosos pueden sentirse atraídos, por lo que es esencial observar el lenguaje corporal del gato mientras lo acaricias.
Ultimas palabras
Hay muchas razones por las que a los gatos les gusta que los acaricien. Los gatos suelen interactuar entre sí masajeándose, acariciándose y acicalándose para compartir olores. Utilizan el mismo comportamiento para conectarse con las personas. Al acariciar a un gato, le estás devolviendo amor al felino.
En última instancia, cuando se trata de gatos, es necesario apreciar sus límites (y el gato salvaje que hay en ellos), incluso si eso significa admirar su ternura desde lejos.