Los gatos son famosos por su aversión al agua. Los felinos y el agua no se llevan bien, o al menos así lo percibimos muchos de nosotros. Menos mal que los gatos rara vez necesitan bañarse. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez por qué a los gatos les disgusta tanto el agua? Hay posibles factores conductuales y biológicos que pueden explicarlo.
Nuestros amigos peludos tienen modales extraños que nos mantienen adivinando sobre muchas cosas, pero una de las dificultades más persistentes concierne a un aspecto bastante fundamental: el agua.
¿Por qué a los gatos domésticos no les gusta el agua? ¿Por qué les encanta el agua que gotea de un grifo pero se resisten con uñas y dientes si se acercan a una bañera llena de agua? Probablemente nunca sepamos las razones exactas. Sin embargo, la ciencia y los expertos nos ofrecen un par de teorías que pueden ayudar a los dueños de gatos frustrados a reconocer mucho mejor las prácticas de sus amigos.
¿Por qué los gatos odian el agua?
Los gatos domésticos son maravillosos bebiendo agua, pero si el agua les llega al pelaje, puede transformar instantáneamente a un felino feliz en un pequeño león. Hay varias razones para desmitificar esta aversión:
1. El agua hace que los gatos se sientan pesados
Imagínese tener que cargar una manta empapada sobre los hombros hasta que se seque. Un concepto similar se aplica cuando se trata de gatos y agua.
Cuando su pelaje se empapa, el agua que gotea le pesa y le impide moverse con la agilidad que suele tener. Se trata de una experiencia un tanto desagradable para un felino al que le gusta desenvolverse por la vida con un andar flexible y sencillo.
2. La historia biológica del gato
Otra razón por la que los gatos odian se debe a su ascendencia. No hay mucho en la historia de un felino que les permita encontrarse con cuerpos de agua, ya sean pequeños o grandes. Los antepasados de nuestros gatos, como los tigres, vivían en zonas áridas y secas, lo que indica que los ríos o los mares no eran un territorio con el que tuvieran que lidiar. Nunca aprendieron a nadar porque no había una necesidad evolutiva para ello. Estos hábitos, o la falta de ellos, han perdurado en nuestros gatos domésticos modernos. Hay muy poco en el pasado de sus antepasados que prepare al gato contemporáneo para las bañeras, lo que nos ayuda a entender por qué su primera reacción es escapar de las garras de un dueño decidido a meterlo en ella.
3. Los gatos pueden oler los químicos del agua del grifo
El olfato es el sentido más fiable de los gatos. Aunque los humanos no podemos detectarlo, los componentes químicos del agua del grifo desprenden olores que el delicado olfato de un gato detecta rápidamente. Los felinos también son criaturas muy meticulosas. Pasan mucho tiempo acicalándose. El agua es ideal para mojar una pata de vez en cuando, pero tener su pelaje sumergido en un líquido que no huele como el olor "normal" de su pelaje es suficiente para que la hora del baño sea un problema.
4. Experiencias negativas
Algunos felinos pueden tener experiencias negativas con el agua, como tener el pelaje húmedo en los primeros años de vida. En algunos casos, son esas primeras interacciones las que pueden ayudar a dilucidar el misterio de por qué los gatos detestan el agua. Si sumergirse en el agua fue una experiencia traumática las primeras veces, es probable que digan "ni hablar" al ver una bañera hasta bien entrada su edad adulta.
5. Pérdida de control
Hay otra razón por la que un gato no quiere entrar en la bañera, pero está feliz de divertirse con cualquier grifo que gotea o incluso de acercarse a la bañera llena para meter la pata. En esas circunstancias, un felino tendrá mucho más control sobre la situación. Además, todavía tiene las patas seguras sobre tierra firme y puede escapar cómodamente. Estar sumergido en una superficie húmeda con agua cayendo sobre su pelaje, con un poco de agua en los ojos y haciéndolos sentir pesados en el proceso es comprensiblemente suficiente para hacer que sus instintos felinos se descontrolen.
¿Existen tipos de gatos a los que les gusta el agua?
Todas estas son razones por las que a los gatos no les gusta el agua en las casas, independientemente de la raza o el tipo. Sin embargo, como ocurre con todas las reglas que puedas imaginar, también hay excepciones. Algunos gatos tienen afinidad por el agua. Lo que distingue a estos tipos es la textura de su pelaje, lo que los hace mucho más resistentes al agua que otras razas de gatos.
Furgoneta turca
El pelaje impermeable del Van Turco no retiene el agua, lo que hace que nadar sea una experiencia placentera para ellos. Estos mininos tienen tanta afición por el agua que muchos dueños buscan piscinas para gatos para que puedan nadar a su antojo. Disfrutan tanto de estar en el agua que se les ha denominado "el gato nadador".
Perro Maine Coon
El pelaje impermeable de un Maine Coon significa que no dudará en chapotear en cualquier oportunidad que tenga. Deje el grifo abierto un rato y pronto podrá tener un Maine Coon en la bañera.
Históricamente, estos gatos han sido controladores de plagas en los cruceros, lo que puede ser un factor por el cual se sienten tan seguros cerca de los cuerpos de agua.
abisinio
Otro gato que ama el agua, el abisinio no dudará en explorar todo, desde una bañera llena hasta el lavabo, sumergiendo sus patas. Estos mininos llegaron al país por primera vez en barco, por lo que su absoluta comodidad con respecto al agua puede deberse a ese primer viaje a través del océano.
¿Puedo bañar a mi gato?
Teniendo en cuenta que la mayoría de los gatos domésticos no son resistentes al agua ni les gusta el agua, es posible que te preguntes qué puedes hacer cuando tus gatos se meten en líos que no pueden limpiar por sí solos.
En situaciones especiales, puedes bañar a tu felino. No puede ser fácil, pero un buen punto de partida es tener todo lo necesario. Asegúrate de tener a mano una alfombra antideslizante, un champú especial, toallas y un cepillo. Hablamos de esto en profundidad en otro artículo . ¡No olvides echarle un vistazo!